El puesto 15 de Franco Colapinto en el Gran Premio de España actuó como maquillaje de un resultado que podría haber sido peor en Barcelona, a raíz de los diversos problemas que tuvo el piloto argentino durante todo el fin de semana.
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Desde el inicio, las señales no fueron las mejores. El sábado de clasificación ya había dado un anticipo de las dificultades que se avecinaban: un problema en la caja de cambios del monoplaza de Colapinto complicó su posición de largada, obligándolo a partir desde el fondo de la parrilla.
La carrera del domingo, lejos de ofrecer un respiro, expuso las falencias estratégicas del equipo francés, además del impacto del tráfico en la pista, y la sensación que tuvo el pilarense en pista no fueron las mejores. “Fue una carrera muy complicada”, sentenció.
Las causas de esta performance agridulce fueron múltiples y complejas. En primer lugar, y quizás el principal, fue la degradación de los neumáticos. A esto hay que sumarle la orden de la escudería sa de ir por Carlos Sainz, el coche que iba adelante. Al haber hecho la segunda parada para colocar la goma media, apostando a una mayor durabilidad en comparación con las blandas que utilizó Franco para la largada, el desgaste hizo que perdiera ritmo vuelta tras vuelta.
Así lo explicó el analista Lucas Corsino en redes sociales. “En cuanto a ritmo de carrera, ambos Alpine sufrieron mucho la degradación temprana de sus neumáticos afectados por la alta temperatura y el aire sucio por el trafico en pista”.
Luego, puntualizó en el caso de Colapinto: “Este aire sucio afecta mucho el rendimiento del monoplaza de Franco, elevando la temperatura y la presión sus neumáticos, generando una temprana degradación”. Gasly también sufrió en este apartado, pero lo pudo corregir sobre el final de la competencia para conseguir un valioso P8 que le dio puntos al equipo.
La segunda parada le resultó beneficiosa al piloto de 22 años, volviendo al neumático blando. Allí, estuvo a pocas décimas de marcar el récord de vuelta rápida (apenas por detrás de Max Verstappen) y logró recuperar el ritmo deseado, aunque el Safety Car que entró tras el incidente de Kimi Antonelli volvió a interrumpir la estrategia.
Si bien el resultado no fue el esperado, la capacidad de análisis y la autocrítica serán herramientas fundamentales tanto para Franco como para Alpine en el período de descanso que tendrán hasta el Gran Premio de Canadá, que se disputará en dos semanas.
