Tras la recusación de la jueza Julieta Makintach y en medio de un escándalo judicial que ya llegó a los medios del todo el mundo, este jueves el Tribunal Oral Criminal N°3 de San Isidro definirá si se anula el juicio por la muerte de Diego Maradona. Pero en caso de que vuelva a foja cero, mucha prueba recabada en estas audiencias podría perderse o, cuanto menos, quedar comprometida.
“Nosotros esperamos que suceda lo que solicitó la fiscalía y a lo que adherimos, que es que arranquen tres nuevos jueces en un nuevo debate desde la audiencia del 338, que fue el primer acto en el cual participó la doctora Makintach. Eso sería lo ideal: tratar de hacer la audiencia del 338, ofrecer la prueba rápidamente y hacer el juicio este año”, indicó Fernando Burlando a TN.
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Pero si se inicia un nuevo debate, entonces las declaraciones que ocurrieron hasta ahora ya no tendrían validez jurídica. La causa debería volver al momento previo al comienzo del juicio, exactamente a la instancia de las audiencias preliminares, donde suele presentarse la prueba y se define la lista de testigos.
Además de haberse ordenado dos allanamientos, en estos casi tres meses del juicio declararon 44 testigos. Entre esas testimoniales están las de Dalma, Gianinna y Jana Maradona, al igual que los médicos que lo operaron del hematoma subdural en la Clínica Olivos, al igual que los profesionales que hicieron la autopsia. También un acompañante terapéutico de Maradona, personal de seguridad, las hermanas de Diego y Verónica Ojeda.

Ninguna de esas declaraciones sería considerada. Y no sería lo único que, a partir de aquí, no tendría validez alguna.
Los hechos que se confirmaron en el juicio pero ahora podrían perderse
Varios médicos confirmaron que no era urgente operar a Maradona de la cabeza
En la decima audiencia, los testigos que declararon aseguraron que fue el doctor Leopoldo Luque quien insistió para operar a Maradona del hematoma subdural cuando estaba en el centro de salud Ipensa. Tras varios estudios detectaron el cuadro, pero los profesionales decidieron que no era necesario que le hicieran una cirugía, ya que no revestía gravedad.
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“Yo le dije a Luque que la decisión del sanatorio Ipensa fue que el hematoma no era quirúrgico, pero él (por Luque) consideró que sí, y dijo que lo iba a trasladar para operarlo. Yo le dije: ’Nosotros, hasta acá llegamos’”, declaró el traumatólogo Flavio José Tunessi.

Del mismo modo, el jefe de neurología de Ipensa, Guillermo Burry, sostuvo: “Luque decía que para él era quirúrgico. Él me dio sus explicaciones científicas y yo le dije, después de una charla, que en el sanatorio Ipensa no se lo iba a operar. Si era de urgencia, estaban las condiciones para operarlo. Pero para nosotros no era el momento porque había otras prioridades y el paciente no estaba compensado”.
Se dudó entre una internación domiciliaria y un traslado a un centro de rehabilitación
A lo largo de las jornadas en las que fueron declarando los testigos, quedó claro que durante la internación del Maradona en la Clínica Olivos, donde finalmente fue operado del hematoma subdural, se debatió si tras su salida debía seguir internado en un centro médico o, en cambio, se recuperaría en una internación domiciliaria.
Sobre esto, Jana Maradona aseguró que tanto Luque como la psiquiatra Agustina Cosacovh -tras presentarse como los “médicos de cabecera” de Diego-, le sugirieron una internación domiciliaria.

“Desde la clínica sugerían que lo mejor era (seguir en) una clínica de rehabilitación. Pero Luque nos dijo que era una locura llevarlo ahí, que mi papá no iba a querer. Así que nosotras (por sus hermanas Dalma y Gianinna) optamos por la internación domiciliaria porque el médico de cabecera nos recomendó eso. Nosotros entendimos que iban a poner a los médicos y aparatos a disposición”, completó.
A su turno, tres de las hermanas de Diego -Claudia, Ana y Rita- aseguraron que Dalma, Gianinna y Jana fueron quienes decidieron que Diego sea trasladado a una casa.
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“Dalma nos dijo: ’Ustedes no tienen nada que ver acá. Ya son grandes. Nosotras nos encargamos’. Y nosotras pensamos que iba a ser así, que en la casa iba a estar bien atendido. Pero no había nada, ninguna aparatología ni médicos”, aseguró Rita.
Maradona estaba con la salud muy deteriorada desde hacía tiempo
Tanto Jana como Verónica Ojeda reconocieron que Diego estaba mal de salud incluso desde mucho antes de haber sido operado por el hematoma subdural.
Su menor recordó que Maradona había sufrido varias caídas y que por momentos no se sentía bien, tanto física como anímicamente. Además, casi no podía casi caminar porque tenía muy dañada su rodilla izquierda. Y arrastraba desde hacía años problemas cardíacos que, por caso, habían derivado en su internación en Punta del Este, en el 2000.

En este sentido, la perito Silvana de Piero precisó en su testimonio que varios de los órganos de Maradona estaban dañados. “En el hígado encontramos signos de cirrosis, los riñones tenían su función alterada, el corazón sufrió lesiones a lo largo de años y los pulmones tenían una patología crónica”, informó.
Maradona murió en un playroom donde se improvisó una habitación
Santiago Giorello, el dueño de la casa que se alquiló para que el ídolo de la Selección argentina llevara adelante su internación domiciliaria, explicó ante los jueces que la habitación elegida para Maradona era en realidad un playroom que hubo que adecuar. Para eso, se taparon las ventanas, se colocó un sommier y se sumó un baño ortopédico.
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Ante los jueces, Colin Campbell, el vecino médico que intentó reanimar a Maradona, mencionó: “La casa estaba muy sucia, muy desordenada, especialmente el cuarto de Diego. Ahí mismo busqué oxígeno pero no vi y me respondieron que no había nada“.
La dudas sobre la hora en la que murió Diego y una larga agonía
Coluin Campbell, a quien la guardia del lugar llamó por teléfono cuando el ídolo estaba mal, contó que cuando entró al cuarto de Maradona una enfermera le estaba haciendo masajes cardíacos mientras Cosachov miraba toda la situación.
“Pregunté cuánto hacía que estaba así y me dijeron que a media mañana se había levantado a desayunar. No soy forense, pero la realidad es que hacía un tiempo largo que estaba sin vida. Hacía más de una o dos horas que estaba muerto, seguro. Se veía que estaba postrado hacía mucho tiempo y la inflamación de su cuerpo era notable”, declaró el médico.

También declaró Juan Carlos Pinto, el médico que fue a la casa del country tras un aviso de código rojo. “Llegué y había una persona que estaba haciendo compresiones en el pecho y otra le hacía boca a boca (el custodio Julio Coria). No tenía actividad eléctrica pero seguimos dándole oxígeno. El paciente tenía signos de muerte y hacía rato que estaba muerto, más de dos horas, por la rigidez cadavérica y porque tenía signos de éxtasis sanguínea”, indicó.
Al momento de su muerte, Maradona no tenía alcohol ni drogas en sangre
Ezequiel Ventosi, uno de los peritos toxicológicos de la Policía Científica que participó de la autopsia, explicó que no encontraron restos de alcohol ni drogas en la sangre y en la orina de Maradona. “No se detectó cocaína, éxtasis, marihuana, ni presencia de ninguna droga. Las muestras de sangre sí dieron positivo para dos sustancias y las de orina encontraron cuatro sustancias, pero compatibles con los medicamentos que tomaba”, puntualizó el especialista.
La autopsia indicó que el cuerpo de Maradona tenía más de cuatro litros de agua en los órganos
En sus estudios, el perito Cassinelli encontró que el cuerpo tenía “mucho líquido en distintas partes“, como los pulmones y el abdomen, y considera que empezó a acumularlo “diez días antes, como mínimo”.
“Sacamos cuatro litros y medio de agua de los órganos”, subrayó el forense, que planteó este cuadro como algo previsible, ya que no suele suceder de manera repentina.