La corona holandesa compartió sus últimas fotografías oficiales, tomadas en los comienzos de este mes como lo dicta el protocolo. Los reyes y sus hijas fueron retratados en los pasillos del Palacio Real de Amsterdam, enfundados en sus conjuntos más sofisticados y elegantes.
La reina Máxima, de 48 años, se destacó en particular por su estilismo elegido. Se trataba de un diseño reciclado en azul marino con ribetes de piel negros alrededor del cuello y el dobladillo. Unos sutiles detalles bordados en oro decoraban el género oscuro, proporcionando una luminosidad complementaria con su icónica melena rubia.
En cuanto a los rios, apostó por un par de aretes de zafiro, a tono con la tonalidad de su vestido, que resaltaban las facciones de su rostro y acrecentaban el aspecto brillante del look. Finalmente, dejó de lado la naturalidad de sus maquillajes más frecuentes y se decantó por una osada sombra de ojos azul humo y un labial rosado.
Una vez más, la reina quiso repetir uno de sus modelos favoritos en dos ocasiones oficiales distintas. Lució este vestido por primera vez en 2017, durante la entrega del Premio de la Fundación de Cultura Prince Bernhard. Sin embargo, aquella vez lo combinó con zapatos de gamuza azulados y llevó su cabello en un recogido con moño bajo.
