La fuerte advertencia de China a Javier Milei sobre un eventual rompimiento de las relaciones bilaterales tuvo un simbólico trasfondo diplomático. No fue casual que la declaración oficial de la vocera de la Cancillería china, Mao Ning, coincidiera con la primera visita del presidente uruguayo, Luis Lacalle Pou, a Beijing.
Mientras el mandatario uruguayo abogaba por fortalecer los “intercambios y la comunicación” entre ambos países “en todos los niveles y en todos los ámbitos” para avanzar en la firma de un Tratado de Libre Comercio (TLC) bilateral, la portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores china alertó que sería un “grave error” si la Argentina corta sus relaciones diplomáticas.
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El mensaje fue claro: ¿por qué Lacalle Pou, un presidente de derecha que ve con muy buenos ojos la llegada al poder de Milei, puede trabajar en forma estrecha con el gobierno de Xi Jinping y el mandatario electo argentino no? Xi incluso se acaba de reunir con Joe Biden en California y ambos prometieron no solo mantener los os aceitados y las relaciones abiertas, sino también volverse a ver en breve.
“Aquí va a primar el pragmatismo diplomático. Milei no es tonto. Va a ser un aprendizaje y se va a caminar hacia adelante”, dijo a TN un observador que conoce todos los rincones de la Cancillería.
Cómo serán las relaciones con China bajo el gobierno de Javier Milei
El equipo que asesora a Milei en política internacional, bajo el liderazgo de Diana Mondino, su probable canciller, se alista para limar asperezas surgidas por las fuertes declaraciones del Milei candidato, ya sea con China o con Brasil. El hoy presidente electo llegó a asegurar que rompería relaciones con Beijing y con Brasilia por “comunistas”.
Hoy nadie cree en esa posibilidad, aunque saben que habrá nubarrobes con los dos socios comerciales más importantes de la Argentina.
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Jorge Malena, director del Comité de Asuntos Asiáticos del Consejo Argentino para las Relaciones Internacionales (CARI) y titular del programa de Especialización en Estudios sobre China en la Era Global de la UCA, dijo a TN que las relaciones con Beijing son vitales para la Argentina. Por ello, en el léxico diplomático no entra la palabra ruptura.
“China es uno de los tres principales destinos de exportación de Argentina, a lo cual se suma el papel de la República Popular como inversor en sectores claves de la economía local, como lo es el minero (y en particular la explotación del litio). Asimismo, China juega un rol creciente en nuestro país como prestamista (a través de los swap que negoció el gobierno de Alberto Fernández para fortalecer las reservas), constructor de infraestructura y transferente de tecnología”, afirmó Malena.
El rol de Mauricio Macri en las futuras relaciones con China
En ese contexto, el analista dijo que en el futuro de las relaciones con China jugará un papel fundamental el asesoramiento del equipo que responde al expresidente Mauricio Macri.
De hecho, el exmandatario recibió a Xi cuando era jefe de gobierno de CABA y le entregó las llaves de la Ciudad durante una visita oficial del presidente chino a la Argentina en 2014. Tres años después, ya en la Casa Rosada, estuvo en Beijing. En 2018, volvió a recibir a Xi, ya como presidente. “Cuanto mejor le vaya a China, mejor les irá a los argentinos, a la región y al mundo”, dijo entonces tras la reunión bilateral en la residencia de Olivos.
“Si bien en vista de los antecedentes se piensa que el vínculo con China se vería afectado bajo la istración Milei, aún resta visualizar el efecto que tendrá la alianza con Mauricio Macri, quien tiene experiencia en el relacionamiento con la República Popular e incluso durante su gobierno forjó un lazo aún más profundo con Beijing”, afirmó Malena.
El analista especializado en las relaciones con Asia recordó que “la política agonal (que busca el poder) suele ser distinta a la política arquitectónica (que se implementa desde el poder): por ello, es de esperar que Javier Milei presidente modere su postura con respecto a China”, concluyó.
