Dos hombres en trajes entraron en la terraza de un bar del centro de Tel Aviv y desataron el infierno. Según se puede ver en las imágenes grabadas por las cámaras de seguridad del local, empezaron a disparar indiscriminadamente contra los clientes con armas automáticas.
Los atacantes, dos palestinos de unos veinte años identificados como Jaled Mohamad Majamrah y Mohamad Ahmad Majamrah, fueron detenidos, uno de ellos herido gravemente de bala.
Tras el ataque terrorista, que dejó cuatro muertos y una decena de heridos, Israel revocó los permisos de ingreso durante el Ramadán para más de 80.000 palestinos que tienen a parientes en Israel.
Además, el ejército israelí anunció que impedirá este fin de semana a los palestinos entrar en Israel, salvó 10.000 personas que podrán cruzar hoy para rezar en la mezquita de Al Aqsa.
También anularon los permisos de trabajo de 204 de los parientes de los atacantes y el ejército bloqueó su localidad natal de Cisjordania, Yatta, cerca de Hebrón (sur), donde los soldados israelíes patrullaban y paraban a los vehículos según entraban y salían.
El nuevo ministro israelí de Defensa, el ultraderechista Avigdor Lieberman, ordenó como medida de disuasión que no se devuelvan a las familias los cuerpos de los palestinos muertos al cometer un atentado. Desde el estallido del actual ciclo de violencia el pasado octubre murieron 207 palestinos, 32 israelíes, dos estadounidenses, un eritreo y un sudanés.
