Christian Basso, miembro fundador de La Portuaria junto a Diego Frenkel, presenta su nuevo disco Espiritista.
El músico argentino que tocó a lo largo de su carrera con Charly García en la superbanda "Las Ligas", Richard Coleman, Gustavo Cerati y Fernando Samalea en "Fricción", Daniel Melingo, Javier Malosetti, María Gabriela Epumer, entre otros, habló con La Viola Web para definir su nuevo disco y repasar su carrera.
¿Cómo surgió la idea de grabar Espiritista?
La idea de hacer Espiritista surgió de una necesidad de cambio y ruptura con la estética musical que venía trabajando en mi discografía anterior como solista. A diferencia de mi anteriores Profanía, La Pentalpha y La Musica cura!, Espiritista está formado por canciones en general bailables, en las que canto. Sigue habiendo una búsqueda y experimentación en las texturas instrumentales como en los anteriores, pero en éste caso mas en función de la canción y el groove. Comencé a componer y a grabar éstos temas en el 2006 junto a Pablo Chinen (actual The Ovnis), quien junto a Manu Schaller (Sexteto Irreal), sumado mas tarde, terminaron produciendo el disco.
¿Cómo fue la elección del nombre del disco?
La elección del nombre fue inevitable, como que se impuso solo. En ese momento me dieron ganas de resignificar, de repensar lo que era un espiritista. Me gustaba la idea de que alguien defienda el espíritu, que lo haga una causa. A lo largo de mi vida siempre reflexioné acerca de la entidad de la música, qué es, donde está, si tiene materia. También me llamaba la atención el poder del imán. Todas fuerzas invisibles y poderosas. El espíritu se ubica ahí. Mi espiritismo es sui generis, no es doctrinario. La música se vuelve el puente al más allá, pero un mas allá que es acá mismo y ahora.
En este disco trabajas con distintos estilos ¿Cuál es el que te gusta más?
El disco oscila entre la electrónica, el afro beat y el pop. No les tengo miedo, ya desde la primera época de La Portuaria comencé a sentir ésta necesidad de búsqueda musical transgénica. Primero jugar, como en inglés ¨play¨, y después entender y conceptualizar. Esta libertad me sirvió mucho a la hora de dar pasos de avanzada tanto en mi carrera solista como en las ocasiones que tuve que componer scores para films.
¿Cuál es el mensaje de las canciones?
El mensaje es que es mejor bailar que aburrirse, que los amores pasados no vuelven más, es la anarquía y la confusión, es el fuego griego, es el poder misterioso que todo lo rodea, es que la princesa se volvió reina Máxima, es que se venía el fin del mundo tal cual lo conocíamos, es que las sorpresas devienen en presagios, es que el mas allá es un lugar que se puede visitar como viajero, es que hay que encontrar y seguir el propio mantra o destino. El mensaje es de liberación, a veces claro, a veces oscuro, como la vida misma. El trance abrió la puerta a la poesía.
¿Cuál es tu instrumento principal a la hora de componer?
Las melodías se me vienen encima, comienzan a sonar internamente, es como que ya estában escritas, y es solo cuestión de recordarlas, de traerlas, por eso valoro tanto el silencio; silencio que es condición de posibilidad del acontecer musical. Lo primero que hago es tararear, cantar, luego paso a los instrumentos. Puede ser la guitarra si estoy haciendo canciones o el piano cuando trabajo en formatos mas orquestales. Apenas tengo el boceto de la pieza, en general le agrego los bajos, ahi comienza a sonar en 3D.
Para este disco trabajaste con varios colegas y compañeros de bandas como Gustavo Cerati, Richard Coleman, Fernando Samalea, Diego Frenkel ¿Cómo fue la elección y que significó tenerlos en este disco?
Un gran honor tenerlos a todos mis compañeritos. Es como si hubiera juntado a Fricción, Clap, La Portuaria, el Sexteto Irreal, mas invitados.
La sesiones con ellos han sido muy creativas y relajadas. Muchas veces ellos mismos elegían los temas en los que tocar. Con Cerati grabamos en su estudio, Gustavo mismo operando el Pro Tools y buscando los sonidos de guitarra. Hermosas violas me dió, ¡deluxe! Con Coleman también en su estudio, en un gran clima de trabajo, y resultados sorprendentes. Samalea siempre presente y apoyando la causa, baterías cósmicas. Frenkel, Teran, Schachtel, Losavio, Aziciri, Marcelo Blanco, y muchos mas hicieron de este sueño una fantasía real.
¿Recordás la primera vez que tocaste un instrumento? Fue el bajo?
Mi papá es músico, contrabajista, o sea que es muy probable que haya tocado el bajo, la guitarra o un piano de muy chico, no lo recuerdo muy bien. Si me acuerdo, de estar con mi amigo Javier Malosetti (su padre Walter tocaba en el grupo Swing 39 con mi viejo) de muy chicos y construir una especie de bongo con latas de café. Creo que en ese momento sentí la necesidad de expresarme a través de un instrumento.
¿Cómo recordás tu paso por "Clap"?
Eramos muy chicos, fue increíble lo que logramos. Noches mágicas en Stud Bar y en el Bs As de ese momento. Plena democracia, zona y mentes liberadas. A nivel musical fue muy bueno el encuentro, la banda sonaba muy bien. El disco cayó en un gran error de producción, todo eso que sonábamos en vivo lo arruinamos programando baterías y teclados, termino siendo muy frío, era la época, se buscaba eso.
Junto con Fernando Samalea dejaste la banda para tocar en Fricción ¿Qué significo ese cambio?
No se si fue ese el motivo exactamente, también apareció García, con Sama nos criamos juntos en la música y logramos ser un tandem muy poderoso. Es el día de hoy que cuando toco con él siento ese power. Fernando como baterista es de otro planeta, nunca conocí a nadie con tal nivel de sensibilidad, concentración y efectividad. Y como persona....hagamos otra nota solo de eso y te cuento......
¿Cómo podés definir los temas “Selva” y “El bar de la calle Rodney” con La Portuaria?
No se si puedo definirlos, lo que te puedo decir es que esos temas marcaron el comienzo de mi carrera como compositor. Estas dos canciones fueron escritas, la música por mí y la letra por Diego Frenkel. Ya antes había compuesto cosas para La Portuaria, pero el del público con respecto de estos temas, hizo que el círculo cierre, comencé a darme cuenta del don que tenía en mis manos, era cuestión de explorar en el interior, de conocerme a mi mismo, ahí me dí cuenta de que había mucho por hacer.
¿Qué significó tocar con Charly García en Las Ligas?
Yo solo tenía 21 años, creo, fue increíble. Primero por estar tocando con muchos músicos que yo iraba de chico. Recordemos que por "Las Ligas" pasaron Calamaro, Paez, Aznar, Melingo ademas de Coleman, Sama y yo. Y tenerlo a García dirigiendo fue una experiencia inolvidable, en esos ensayos de 8 horas de corrido me hice músico profesional. Charly es un iluminado. Tengo muy buena onda con él, en mi segundo disco La Pentalpha, grabó unas variaciones sobre un tema mío, gran gesto de su parte.
