Ramón de León Pérez irrumpió el lunes pasado en el Consulado de República Dominicana ubicado en el microcentro porteño para pedir asilo. “¡Ayuda, me quieren matar!”, suplicó desesperado. Al constatar sus datos, sin embargo, descubrieron que el hombre efectivamente buscaba escapar, pero no era una víctima. Tenía pedido de captura por un femicidio en Neuquén.
La versión extrema del dominicano no convenció a los empleados de la sede diplomática que rápidamente verificaron en su base de datos que se trataba del sospechoso del crimen de la jubilada docente Olga Delina Quinteros, una mujer de 70 años que había sido asesinada en medio de un robo en Piedra del Águila, el 14 de marzo pasado.
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“Sabía que dentro del consulado no podía ser detenido, por eso fue a pedir ayuda”, sostuvo una fuente cercana a la causa sobre la estragegia de León Pérez para salir impune, en diálogo con Clarín.
Tras comprobar que se trataba de la misma persona a la que buscaban por el femicidio en Neuquén, el acusado fue trasladado a una alcaldía de la PFA a la espera de ser extraditado a esa provincia para ser juzgado por “homicidio agravado”, delito cuya única pena posible es la de prisión perpetua.
El femicidio de Olga Quinteros
La víctima, una docente jubilada de 70 años que vivía en la localidad neuquina de Piedra del Águila, se comunicó por última vez con su familia el viernes 14 de marzo. Es por eso que, preocupado por la falta de respuesta a sus mensajes y llamados, un familiar fue hasta su casa el domingo 16 y descubrió la escena del crimen.
El cuerpo de Olga Delina Quinteros estaba tirado en el suelo y a simple vista se advertía que había sufrido un fuerte golpe en la cabeza. Ya no hubo nada que pudieran hacer para reanimarla.
De acuerdo a la reconstrucción que hicieron los investigadores, la mujer fue asesinada el mismo viernes que perdió o con su familia. Ese día, Ramón de León Pérez ingresó a su domicilio con intenciones de robo y la atacó brutalmente hasta matarla.
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El sospechoso se escapó en la camioneta de la víctima pero, por motivos que se investigan, dejó después abandonado el vehículo al costado de la Ruta 3 y en el pasaje Guaminí, en Azul. “Creemos que se quedó sin nafta o sin plata”, especuló la misma fuente.
Una de las hipótesis sostiene que León Pérez llegó finalmente al consulado de su país en Capital Federal haciendo dedo.
Tras la detención, las autoridades constataron que el acusado tenía además antecedentes penales por delitos como robos agravados y lesiones agravadas en contexto de violencia de género en las provincias de Chubut y Neuquén.
Según publicó La Mañana de Neuquén, fue condenado a seis meses de prisión en suspenso en un juicio abreviado por el que aceptó su responsabilidad por los delitos de “daño, en concurso real con lesiones leves agravadas, en concurso real con robo simple”.
