Un partido de fútbol entre amigos terminó en tragedia el domingo por la tarde en la ciudad de Resistencia, en Chaco. La víctima, un adolescente de 16 años llamado Dylan Gaetano, fue asesinado de una puñalada en el pecho por un chico de 13.
Según relató a Diario Chaco Brenda Zelaya, una tía de Dylan, el joven estaba sentado junto a su primo cuando el agresor se acercó y, sin mediar palabra, lo atacó.
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Además, la mujer aseguró que su sobrino no conocía al homicida y que el ataque lo tomó completamente por sorpresa.
“Lamentablemente, mientras despedimos a Dylan, el menor responsable de su muerte ya se encuentra de regreso en su hogar, rodeado de su familia. No buscamos venganza, ni deseamos más dolor. Solo pedimos justicia”, escribió otra familiar del adolescente asesinado, en su perfil de Facebook.
La búsqueda del agresor
Tras el ataque, Dylan fue trasladado de urgencia al hospital con una herida grave en la clavícula izquierda, cerca del cuello. A pesar del esfuerzo de los médicos, el adolescente murió el lunes a la tarde debido a un shock hipovolémico.
Mientras tanto, las autoridades iniciaron la búsqueda del joven agresor. Finalmente, lo encontraron cerca de la medianoche en su casa, donde secuestraron un cuchillo tipo tramontina, que sería el arma homicida.
El pedido de justicia y un último gesto de amor
En medio del dolor, en las últimas horas la familia de Dylan comunicó su decisión de donar sus órganos. “Queremos que siga iluminando a otros”, expresaron.
Sin embargo, también alzaron la voz para exigir justicia, criticando que el agresor, por ser inimputable, ya se encuentra en su casa.
Por su parte, Mariela Aguirre, otra de las tías de la víctima, lo despidió con un emotivo mensaje en las redes sociales.
El posteo completo
“El joven D.G. era Dylan Gaetano.
Era hijo, era hermano, era nieto, sobrino y primo.
Tenía apenas 16 años cuando, el 26 de abril, su vida fue arrebatada tras ser apuñalado por un menor de 13 años.
Hoy, su familia lo despide con el corazón roto. No existe palabra ni gesto que pueda aliviar este dolor, especialmente para sus padres, que jamás imaginaron tener que enfrentar la partida tan temprana de su hijo amado.
En medio de tanto sufrimiento, buscando un gesto de amor y de sentido ante tanta injusticia, sus padres tomaron una decisión inmensa: donar sus órganos, para que la vida de Dylan siga iluminando a otros, incluso en su ausencia.
Sin embargo, la tristeza y el vacío permanecerán entre nosotros. Lamentablemente, mientras despedimos a Dylan, el menor responsable de su muerte ya se encuentra de regreso en su hogar, rodeado de su familia.
No buscamos venganza, ni deseamos más dolor. Solo pedimos justicia.
Quisiéramos que esto no hubiera ocurrido. Queremos que no vuelva a repetirse.
Exigimos que el gobierno y el sistema judicial reflexionen y revisen las decisiones y acciones que hoy dejan a la sociedad desprotegida.
Queremos vivir en un país y en una provincia donde los niños puedan ser niños.
Donde la violencia no sea parte de su infancia.
Donde la vida y su fragilidad se respete siempre.
Por Dylan".
