A poco más de dos semanas de las PASO, finalmente llegó el primer cruce fuerte de la campaña entre Sergio Massa y Juan Grabois, los dos candidatos que el 13 de agosto se disputarán la candidatura presidencial de Unión por la Patria (UP). Mientras tanto, el kirchnerismo, que actúa como una suerte de intermediario entre las partes, elige mantenerse al margen de la polémica, en silencio.
La interna venía calma, con varias muestras de “unidad”, pero se recalentó a partir de la visita del ministro de Economía a La Rural. El primero en arrojar la piedra fue el propio Grabois, quien acusó a su competidor directo de “ir a dar examen” y de “banquetear con la oligarquía” por haber acudido a un encuentro con dirigentes del campo.
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El líder del espacio Patria Grande citó una foto de una nota de una periodística en la que Massa se encuentra junto al presidente de la Sociedad Rural Argentina, Nicolás del Pino, y su vicepresidente, Marcos Pereda Born, y destacó que “ningún político de nuestro campo debe ir a banquetear con los amos de la oligarquía, a competir a ver quién les da más concesiones”.
“Mucho menos con los que han trabajado contra la patria grande y especulan con el alimento de nuestro pueblo en una Argentina con el 60% de niños bajo la línea de pobreza y una inflación del 115%”, agregó Grabois.
En el Frente Renovador no se quejaron callados. Sebastián Galmarini, director del Banco Provincia y cuñado de Massa, cruzó duramente a Grabois y lo acusó de “trabajar para que gane Juntos por el Cambio”.
“Estás en tu derecho, pero todos tienen que saberlo. No tenés ninguna chance de ganar; ni la PASO, ni mucho menos la elección general. Sepan que votarlo es darle la chance de volver al macrismo”, disparó Galmarini en Twitter.
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También decidió intervenir el ministro de Seguridad bonaerense, Sergio Berni: dijo que Massa tiene “manejo del Estado” y planteó que está “en la vereda opuesta en muchas cosas” con Grabois.
“Reconozco que su trabajo social es serio y eficiente, pero no tiene escala para gobernar, se necesita algo más que querer ser candidato”, planteó Berni.
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En el kirchnerismo, en tanto, se mantienen en silencio. Los referentes del sector que responde a la Vicepresidenta creen que no es momento de intervenir en las tensiones generadas entre los dos precandidatos presidenciales: prefieren que la polémica se diluya.
Massa, por su parte, pide bajar el tono y “freezar” los cruces. El tigrense entiende que los votos K duros ya están asegurados a partir de la bendición de CFK, y que la clave en estas semanas pasa por buscar el voto de los indecisos que suelen definir su voto en las horas previas a la elección.
