El resultado de las elecciones presidenciales del domingo sorprendió a propios y ajenos, pero en especial parece haber hecho mella entre los libertarios, que esperaban un resultado más contundente a favor de Javier Milei. Prácticamente no crecieron desde las PASO hasta acá, pero les alcanzó para entrar al balotaje frente a un ascendente Sergio Massa.
En ese sentido, desde que se conocieron los números finales y tras leer su discurso en la sede de La Libertad Avanza, Milei se recluyó en el hotel donde pasó la noche del domingo y toda la jornada del lunes. Un halo de misterio rodeó al ánimo del líder libertario y se tejieron muchas versiones sobre lo que podría pasar en los próximos días.
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Según confiaron desde su entorno a TN, el candidato a presidente mantuvo diversas reuniones al día siguiente de las elecciones. Recibió al excandidato a jefe de gobierno porteño, Ramiro Marra, y también a la que sería la canciller en caso de ganar la elección, Diana Mondino. En esas conversaciones a puertas cerradas con su equipo se comenzó a delinear la estrategia para lo que viene. Además, dio varias entrevistas con medios nacionales e internacionales.
“Mi estado de ánimo es maravilloso. Nosotros acabamos de hacer una elección histórica, la mejor del liberalismo de los últimos 100 años. No hay registros de algo así”, aseguró Milei en una entrevista con Luis Majul. Y agregó: “Estamos frente a un logro del que todavía no tomamos conciencia. Es además una fuerza que tiene dos años y si nos decían que íbamos a estar disputando mano a mano un balotaje con el kirchnerismo hubiese preguntado dónde firmo”.
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En la misma línea, el diputado nacional remarcó: “Hemos hecho un trabajo enorme y ahora tenemos que hacer un último esfuerzo para dar vuelta una de las páginas más negras de la historia argentina”. Y agregó: “Dos tercios de la población no quiere al kirchnerismo. Hay que hacer un trabajo para ir a buscarlos”.
Sobre sus posibilidades en la segunda vuelta, Milei hizo hincapié en que “esto es un techo para el gobierno y lo nuestro es un piso. Tenemos que decidir si queremos alimentar las diferencias o ponernos de acuerdo para derrotarlos”. Y aseguró: “El balotaje ordena mucho, ahora la elección está claro. Ahora es kirchnerismo o libertad”.
También aprovechó la oportunidad para insistir en la chance de llegar a algún acuerdo con Juntos por el Cambio. “Tenemos total y absoluta coincidencia con Bullrich en su enorme tarea a cargo del ministerio de Seguridad. La visión de Villaruel, mi compañera de fórmula es la misma: el que las hace las paga”, deslizó. Y fue por más: “Si Bullrich quisiera incorporarse, no tendría problema. Ha sido exitosa combatiendo la inseguridad”.
En ese sentido, Milei aclaró: “Acá hubo una campaña que fue durísima y no resolvimos nuestras diferencias de la mejor manera posible. Pero yo estoy dispuesto a hacer tábula rasa, para vencer al kirchnerismo. Si todos pensáramos igual, sería muy aburrido”. Y reforzó: “Veo que hay muchas ganas de colaborar. Estamos creando una suerte de ambulancia rescatista para los técnicos que podrían sumarse, con los que además tengo excelente relación”.
Por último, el candidato a presidente insistió en su discurso duro. “Vengo a ponerle la tapa del ataúd al kirchnerismo. Tengo una responsabilidad con las 8 millones de personas que me votaron. El modelo kirchnerista lleva a la miseria”, sentenció.
Más tarde, en una entrevista con Jonathan Viale, afirmó que tiene buena relación con Mauricio Macri. “Yo lo escucho mucho”, reconoció. Y develó: “Yo le propuse a Macri hacer una interna en un frente nuevo y el que ganaba conducía y el que perdía acompañaba. Pero no quisieron”.
“Hablamos regularmente y tenemos charlas sobre el peligro de no ponernos de acuerdo. Sobre todo contra alguien tan perverso como Sergio Massa”, indicó. “Si nos equivocamos, gana el kirchnerismo. Y ellos son implacables con el poder”, advirtió. “Es un momento de llamar a la reflexión, donde tenemos que invitar a todos los que quieran ser parte y no se sientan furgón de cola”, señaló Milei.
