Son días agitados para Javier Milei en el plano internacional. Tras recibir en la Casa Rosada a la número dos del Fondo Monetario Internacional (FMI), Gita Gopinath, el Presidente se encontró este viernes con el secretario de Estado de Estados Unidos, Antony Blinken.
El plan de dolarización fue uno de los temas de conversación. Tal es así que el propio Blinken lo mencionó en la conferencia de prensa y trató de desligarse al asegurar que no incentiva a la Argentina a dar ese paso. “Es una decisión exclusiva del país”, dijo.
Unas horas más tarde, el libertario viajará a Washington para participar en la Conferencia de Acción Política Conservadora (AC), el mayor encuentro anual de la derecha estadounidense, donde coincidirá con Donald Trump. Consciente de que su acercamiento al líder republicano en el inicio de la campaña presidencial en EEUU puede generar tensiones con el FMI y la actual istración demócrata de Joe Biden, Milei ya definió una estrategia para evitar problemas.
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El jueves, el vocero presidencial, Manuel Adorni, aseguró que la participación de Milei en el foro del Partido Republicano no afectará negativamente la relación que mantiene con el actual gobierno norteamericano. “No hay posibilidad de que nada empañe la relación con Estados Unidos”, afirmó Adorni.
Según trascendió, Milei viajará a la capital de los Estados Unidos “sólo para dar un discurso” y no tiene ninguna reunión programada. Se trata de un compromiso asumido explícitamente por el libertario ante el embajador de los EEUU en Argentina, Marc Stanley, a quien le prometió no involucrarse en ninguna interna. Incluso acortó su visita a DC, de tres a un día.
Más allá del compromiso de Milei, lo cierto es que el viaje generó mucha molestia en la Casa Blanca: los demócratas condicionan su apoyo al programa económico del Gobierno dentro de la “mesa chica” del FMI a que el Presidente sea lo más neutral posible en la disputa entre Biden y Trump.
Tratándose de Milei, un dirigente altamente impulsivo, la realidad es que nadie sabe lo que finalmente pueda ocurrir este fin de semana en Washington. Y si bien lo más probable es que no se cruce con Trump, tampoco se puede descartar que termine apareciendo una foto casual que complique la negociación con el Fondo y la Casa Blanca.
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En la Casa Blanca ven hoy a Milei como un aliado firme en la región, en especial para Medio Oriente, en contraste con un “díscolo” Luiz Lula da Silva. El presidente brasileño acaba de acusar a Israel de perpetrar un genocidio en Gaza, lo cual desató una grave crisis diplomática con el gobierno de Benjamin Netanyahu.
En contraste, el claro posicionamiento de Milei a favor de Israel, con viaje incluido a Jerusalén, convierte a la Argentina en un destino amigable para la gira de Blinken por el área, que incluyó reproches hacia Lula durante una reunión bilateral mantenida en Brasilia, y su participación en la cumbre de cancilleres del G20 concluida el jueves.
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Milei viajará este viernes por la noche en un vuelo de línea a Washington, con una comitiva reducida y que por el momento está compuesta por la secretaria general de la Presidencia, Karina Milei, y el designado embajador argentino ante los Estados Unidos, Gerardo Werthein.