Con acuerdo de todos los bloques, la Legislatura bonaerense se encamina a destrabar el conflicto por los plazos del calendario electoral, tras la suspensión de las Primarias Abiertas, Simultáneas y Obligatorias (PASO). Este martes se presentó en el Senado de la provincia de Buenos Aires un proyecto, que lleva la firma de los presidentes de cada espacio, que propone que por única vez se extienda el cierre de listas a 50 días antes de la fecha de votación, y la presentación de boletas, a 30 días.
Según pudo saber TN, la sesión especial podría convocarse para el lunes y rápidamente ser girado el proyecto a la Cámara de Diputados. Este miércoles,
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El pedido lo había hecho la Junta Electoral, bajo el argumento de que con el desdoblamiento y la suspensión de las PASO resulta imposible cumplir con el calendario previsto, que estipula que los candidatos puedan presentarse hasta 30 días antes de las elecciones. El gobernador de la provincia de Buenos Aires, Axel Kicillof, pretendía extender ese plazo a 70 días, pero quedó en soledad ante el acuerdo de todas las fuerzas políticas.
“Presentamos, de forma conjunta con todos los bloques que integran el Honorable Senado de la Provincia, un proyecto que amplía los plazos de oficialización de listas y presentación de modelo de boletas de acuerdo a lo que solicitó la Junta Electoral de la Provincia de Buenos Aires a través de su presidenta la Dra. Hilda Kogan. Mediante este proyecto, el órgano competente en materia electoral contará con las herramientas necesarias para llevar adelante la próxima elección del 7 de septiembre”, escribió Teresa García, la presidenta del bloque de Unión por la Patria, de o directo con Cristina Kirchner, en su cuenta de X.
Según confirmó a TN, este miércoles le presentará el pedido de sesión especial a la titular del Senado, Verónica Magario.
Cómo creció la pelea por los plazos
Una vez que Cristina Kirchner aceptó ceder y ordenó al bloque peronista apoyar la suspensión de las PASO, pese a que Kicillof adelantó la fecha de elecciones a legisladores bonaerenses para el 7 de septiembre, el kirchnerismo siguió presionando al gobernador. En La Plata creen que la finalidad era lograr por cualquier medio que las elecciones bonaerenses fueran concurrentes con las nacionales.
Fueron meses de idas y vueltas; negociaciones intensas que no resolvieron las diferencias y pases de facturas constantes, con un nuevo frente de conflicto cada vez que lograba cerrarse el anterior. El último -hasta ahora- fue por el calendario electoral.
Cristina Kirchner pretendía no modificar el plazo de 30 días antes de la votación para el vencimiento de la presentación de candidatos, con un doble objetivo: por un lado, mantener alta la expectativa sobre su postulación, pero también para no someter a los dirigentes a un desgaste planificado por las redes sociales libertarias.
Pero el gobernador tenía otros planes. Ampliar los plazos a 70 días para obligar a la expresidenta a definirse y, sin las PASO, poder negociar la organización de las listas en los distintos distritos.
Con una posición intermedia se presentó la Junta Electoral. Bajo el argumento de que el cronograma de 30 días era materialmente imposible de cumplir, propuso aumentar el plazo a 50 días. A ninguna de las dos partes le quedó demasiado incómoda esa iniciativa y terminaron acordando.
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Tanto la expresidenta como Sergio Massa convocaron a la unidad aprovechando la celebración del Día del Trabajador, pero el nivel de confrontación tan grande dejó más heridos de los que se pueden contar y al peronismo a un paso de la ruptura.
El ala dura k sostiene que esta nueva concesión de Cristina Kirchner es una demostración de querer concretar la unidad y no solo proponerla desde lo discursivo. Las próximas semanas dirán si llegó a tiempo para evitar el quiebre definitivo, hoy en el terreno de lo poco probable.
