El fiscal federal Gerardo Pollicita apeló la prisión domiciliaria de Omar Suárez, al que el juez federal Luis Rodríguez le otorgó este beneficio la semana pasada, por supuestos problemas de salud del extitular del gremio de los marítimos (SOMU) que no fueron tratados en el penal de Marcos Paz donde estaba detenido. La apelación fue presentada ante el juez federal Sebastián Ramos, que reemplaza al magistrado de la causa durante enero, Rodolfo Canicoba Corral.
Suárez estuvo detenido 15 meses, procesado como jefe de una "asociación ilícita" que estuvo detrás de maniobras con buques, escudado desde el gremio, para dificultar y obstruir el normal desenvolvimiento del tráfico marítimo y fluvial, provocando alteraciones, demoras, gastos y otros perjuicios a empresas navieras.
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En su presentación Pollicita reclamó con urgencia que Suárez no pueda salir de la casa de su hija, en Olivos, donde cumple la domiciliaria, y que se instale una consigna policial en la puerta de la vivienda. Actualmente el exsindicalista puede moverse en un radio de 100 kilómetros a la redonda de la propiedad donde permanece.
Ramos deberá elevar la presentación a la Cámara Federal porteña pero habrá que resolver si se trata de un tema que habilite por urgencia el tratamiento durante el receso o se abordará recién en febrero próximo, cuando se reinicie la actividad judicial habitual. Pollicita pidió que la apelación se eleve de manera "inmediata" a la Cámara.
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Rodríguez hizo lugar al pedido de la defensa de Suárez la semana pasada y ordenó que usara una tobillera electrónica para monitorear minuto a minuto los movimientos del procesado. El juez tomó la decisión a última hora del último día hábil del año, mientras subrogaba al juez original de la causa, Canicoba Corral, que está de licencia.
Previamente la hija del exsindicalista había denunciado que un secretario del juzgado a cargo de Canicoba había querido cobrarle medio millón de dólares para otorgarle este beneficio a su padre. Tras la presentación el juez ordenó estudios médicos preliminares para determinar si la salud de Suárez estaba en riesgo.
Los estudios determinaron que el exlíder del SOMU sufría hipertensión y una úlcera estomacal, aunque una parte de los estudios nunca fueron realizados por el Servicio Penitenciario. La demora de los análisis fueron justamente uno de los argumentos que usó la defensa de Suárez para pedir la domiciliaria.