Una obligación cívica para algunos, una fiesta de la democracia para otros; ir a votar es una práctica que no debería tomar más de 30 minutos entre las filas en la puerta y las que hay que hacer en las mesas. Parece algo sencillo, pero tiene en verdad una mega organización detrás.
Para desarrollar una elección nacional en la República Argentina, ya sea presidencial o simplemente parlamentaria, se necesitan de unas 300.000 personas que se distribuyen en distintos roles, desde las fiscales de mesa hasta delegados judiciales.
Las autoridades de la votación son el presidente, el vice y un auxiliar de mesa. Tanto para las PASO como para las elecciones generales, la Cámara Nacional Electoral (CNE) pone a disposición unas 95.000 mesas distribuidas en todo el país.
Cada uno de ellos cobra $1.200 pesos por las dos jornadas de trabajo. Si faltan a alguna de las dos, cobran la mitad. Y si hacen el curso de capacitación cobran $900 extra.
El pago no es inmediato: recibirán el monto que les corresponda recién 20 días después de la elección.
Si bien la selección de las autoridades corresponde a la Justicia Electoral y es disrecional, la CNE convoca a los voluntarios que estén interesados en participar del proceso a través del sitio www.padron.gov.ar.
Los delegados judiciales son los representantes de los jugados con competencia electoral a lo largo y a lo ancho del país. En total son 14.000 delegados judiciales que cobran $3.600 por los dos días de trabajo, que al igual que en el caso de las autoridades, se cobra con una demora de 20 días.
Hay un delegado judicial por cada centro de votación Y son designados de manera discrecional por la Justicia Electoral. Por lo general suelen ser directores de escuelas. Son las personas que velan por el cumplimiento de la ley día de la elección en cada lugar de votación, con una comunicación directa y fluida con los juzgados correspondientes.