Cuando el cuerpo se enfría, la sangre se desvía de las extremidades, que luego se sienten más frías. Lo mejor es la ropa de lana, “porque abriga sin mucho peso”, pero varias capas de cualquier tipo de tela pueden crear el mismo efecto. Algunos confían en la ropa interior térmica, y un gorro también puede ser de ayuda si la persona no tiene mucho pelo.
Otro consejo saludable es evitar el sedentarismo y la quietud durante mucho tiempo. La actividad física genera calor y ayuda a combatir el frío.
“Cerrar las cortinas al atardecer para evitar que el calor escape por las ventanas”, es otro consejo de McGadie. Lo ideal sería instalar cortinas pesadas y forradas, pero estas pueden ser demasiado caras. Para que estas cortinas resulten completamente aislantes, son imprescindibles dos cosas: el grosor y el tamaño de la tela.
En las cortinas black out, la textura tiende a ser más gruesa y cumple muy bien esta función adicional que se busca durante el invierno. Para una mayor eficiencia de energía, muchas personas eligen en sus cortinas colores en tonalidades muy oscuras, ya que estas son muy útiles absorbiendo el calor.