Es mendocina aunque hace décadas que vive en Buenos Aires. Patricia Palmer, hija de un anarquista catalán, descubrió su vocación en su tierra y allí comenzó su formación y su vida de actriz. Sin embargo, un día decidió probar suerte en la ciudad y hasta acá vino, joven y con una hija pequeña, con la ilusión del trabajo.
Se presentó al casting de Chantecler, en 1982 por ATC, y la eligieron para un papel pequeño pero, finalmente, hizo uno más importante, ya que la actriz elegida se casaba. Las propuestas llegaron y, de a poco, fue construyendo una carrera televisiva sólida que tuvo su pico de fama con Dulce Ana en 1995.
Pero aunque la TV la hizo conocida, nunca abandonó su pasión primera, el teatro. En los últimos años, hizo desde Falladas, de José María Muscari, a Juana, la Loca, de Pepe Cibrián, todo sin descuidar su propio teatro y taller de actuación El Ángel.
Allí, nos encontramos para un desayuno ligero previo a una clase y hablamos de todo, incluida su última creación, “Mujeres que cocinan con huevos”.
