Anna Wintour es la mujer más poderosa en la industria de la moda y una figura heráldica en el mundo del periodismo: es la directora de la revista Vogue desde hace más de tres décadas y también directora artística de todas las publicaciones de la empresa Condé Nast en Estados Unidos y todo el mundo.
Wintour nació Londres, en una familia de antecedentes nobles. Hija del editor del Evening Standard Charles Wintour, a través de su abuela paterna es descendiente de la notable novelista del siglo XVIII Elizabeth Cavendish, Duquesa de Devonshire, y del cuarto Conde de Bristol, Frederick Hervey. Su estilo personal es inconfundible: su corte de pelo bob con flequillo, siempre anteojos oscuros (con graduación), sandalias y abrigos de marca: Oscar de la Renta, Chanel o Prada.
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Su figura se hizo muy popular a través de la película que acá se llamó El diablo se viste a la moda, personificada por Meryl Streep, sobre un libro escrito por Lauren Weisberger, una periodista que fue durante un tiempo una de sus asistentes. Luego, el documental The September Issue (El número de septiembre) muestra su imponderable manera de trabajar, su rigor y autoridad.
Ella entró en el periodismo de la moda a los veinte años, en Londres, cuando la contrataron para Haper’s & Queen. Luego pasó a Harper’s Baazar y se trasladó a Nueva York. La calidad de su trabajo la llevó a la edición estadounidense de Vogue como responsable creativa y muy pronto fue nombrada directora de la edición británica, por lo que regresó a Londres.
Volvió a Estados Unidos para dirigir la revista House & Garden y un año después se convirtió en la directora de Vogue, el cargo que ocupa hasta hoy. El documental se llama The September Issue porque el número de septiembre es crucial en el mundo de la moda: marca el inicio de la temporada y es el ejemplar con más páginas y mayor cantidad de avisos de publicidad.
La irrupción de Anna Wintour al mundo de la moda
En el primer número de septiembre como directora, Wintour puso en la tapa a Naomi Campbell y cuando la mostró a la dirección de la empresa se produjo un silencio total: no podían creer que hubiera elegido a una modelo afroamericana. Pero uno de los grandes talentos de Wintour es el manejo del riesgo. Ha combinado suéters de lujo con jeans de una marca popular y se permitió hacer portadas con criterios diferentes: primeras damas como Hillary Clinton y Michelle Obama, figuras destacadas de Hollywood y hasta celebridades peculiares como Kim Kardashian.
Dicen que un solo gesto suyo puede encumbrar o hundir la carrera de un diseñador; lo cierto es que Anna Wintour ha llevado la moda a la categoría de arte: presenta todos los años una muestra en el Museo Metropolitano de Arte de Nueva York que se convirtió en un acontecimiento de interés internacional.
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También organiza galas benéficas donde recauda millones de dólares para el Costume Institute del Met, del cual es fideicomisaria. En 2017 fue nombrada Dama Comandante de la Orden del Imperio Británico. Anna Wintour tiene 73 años pero en los desfiles, las galas y en su mismo trabajo se la ve como una mujer sin edad discernible, segura, severa, elegante y poderosa.
