¿Cuántas veces protestamos porque no podemos cortar el asado con los cuchillos de la cocina? Seguramente muchísimas. Por eso, este truco casero para afilarlos usando una taza de cerámica, simple y al alcance de la mano, será ideal para tenerlos siempre listos para cortar cualquier comida sin problemas, incluso el asado con cuero más crocante o la cáscara de los tomates, muchas veces rebelde.
No hay nada que hacerle. Con el tiempo, los cuchillos de la cocina –tanto los lisos como los de serruchito- van perdiendo su filo a causa del uso constante y el roce con muchas y distinta superficies, no solamente los alimentos, sino también los platos y otros elementos de uso cotidiano.
Además, aunque parezca paradójico, usar los cuchillos bien afilados reduce la posibilidad de accidentes. Eso es porque, como el filo está bien afilado, corta mejor y reduce en gran medida la chance de resbalar del alimento que estamos tratando de cortar, mientras que los que no tienen tanto filo –y sobre todo los que no tienen nada de filo- requieren de mayor presión y aumentan las posibilidades de cortes.
El arma secreta para afilar cuchillos: una taza de cerámica
¿Cuál es la herramienta para lograr el milagro de que nuestros cuchillos de cocina recuperen su filo original? Una taza de cerámica, que siempre tenemos en casa. Lo importante es que tenga la base sin esmaltar, porque allí es donde se encuentra la textura que necesitamos para afilar los cuchillos.
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Dicho todo esto, ¿cómo es posible afilar los cuchillos de la cocina con la taza? Es muy fácil: primero, se apoya la taza en una superficie cómoda y en la que no haya posibilidades de que se resbale, por ejemplo un repasador sobre la mesada de la cocina. Se la mantiene firme con una mano, mientras se sostiene el cuchillo con la otra, preferentemente la mano hábil de cada uno.
Luego, se coloca el cuchillo en un ángulo de entre 20 y 45 grados con respecto a la base de la taza. Entonces sí, es posible comenzar a deslizar la base del cuchillo hacia abajo, desde la base hasta la punta, ejerciendo una leve presión. La idea es repetir el movimiento varias veces, manteniendo siempre el mismo ángulo.
¿Por qué funciona este truco?
Después de realizar este simple paso en todos los cuchillos de cocina, se descubrirá que recuperaron sus filos originales. ¿A qué se debe esto? Este truco funciona gracias a la textura de la base de la taza sin esmaltar, que actúa como un afilador improvisado, elimina todas las pequeñas rebarbas y devuelve el filo a los cubiertos.
Otras maneras de afilar, pero que seguramente no te resultarán tan buenas como la taza de cerámica, son con una botella de vidrio, una lima de uñas y otro cuchillo.
Por supuesto que cada vez que manipulamos cuchillos de la cocina debemos tener mucha precaución para no provocar ningún accidente. Es importante sostener con firmeza el cuchillo y no distraernos en ningún momento, para evitar que se resbale de la superficie de la taza y nos lastime. Además, los chicos deben estar bien lejos mientras realizamos esta tarea, para que no copien la idea cuando no estamos.
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Otro consejo para la seguridad acerca de los cuchillos de la cocina, es guardarlos con muy buena organización en bloques de cuchillos y tiras magnéticas –siempre y cuando no haya niños en la casa-, en cajones con divisiones y en fundas protectoras.
