SpaceX envió 60 nuevos satélites de Starlink, un proyecto de la compañía espacial de Elon Musk que procura poner en funcionamiento una constelación de dispositivos para proveer conexión a Internet a nivel global. Si bien la misión fue exitosa, una falla empañó el lanzamiento con el que la empresa alcanzó un total de 1.145 satélites colocados en órbita.
Falcon 9, el propulsor empleado en la primera etapa del vuelo y programado para ser reutilizado, no logró aterrizar en una plataforma sobre el mar californiano ubicada en un barco. Según reporta el sitio Engadget, la maquinaria cayó al océano debido a un extraño error.
// El difícil acertijo que Elon Musk pide resolver en las entrevistas laborales
“Es lamentable que no hayamos recuperado este propulsor, pero nuestra segunda etapa se encuentra en trayectoria”, dijo la ingeniera de SpaceX Jessica Anderson luego del lanzamiento realizado en Cabo Cañaveral, Florida.
A través de este programa, la firma estadounidense prevé ofrecer a Internet de alta velocidad y a bajo costo, un despliegue que será especialmente provechoso en regiones con bajos niveles de conectividad. Según comentaron, también podrá utilizarse en barcos y aviones. Las pruebas públicas comenzaron a fines de 2020 en regiones de Estados Unidos, Canadá y el Reino Unido; más de 10.000 clientes ya usan el servicio en el lapso de tres meses.
Adiós a un “conocido” de los argentinos
El propulsor Falcon 9 (en específico el modelo B1059) fue utilizado anteriormente en misiones de reabastecimiento de la Estación Espacial Internacional, había sido empleado en anteriores lanzamientos de satélites para Starlink, y además es un “conocido” para los argentinos.
El mismo cohete que no pudo ser recuperado en la misión de Starlink esta semana había sido utilizado para lanzar el Satélite Argentino de Observación con Microondas, conocido como Saocom 1B. Aquel hecho ocurrió a fines de agosto de 2020, también desde Cabo Cañaveral, en Florida. En la ocasión, el propulsor regresó a Tierra sin inconvenientes.
Tal como contamos acá, el Saocom 1B tiene como objetivo medir, en cualquier condición meteorológica, la humedad del suelo y aplicaciones en emergencias como la detección de derrame de hidrocarburos en el mar y seguimiento de la cobertura de agua durante inundaciones.
// Satélites de madera, la propuesta japonesa para un espacio más limpio
El lanzamiento estaba previsto para marzo, pero se pospuso por la pandemia para finales de julio cuando la Conae informó que por decisión de la Fuerza Aérea de Estados Unidos la puesta en órbita del Saocom 1B fue finalmente reprogramada para finales de agosto. En el proyecto participaron 70 especialistas de las dos instituciones además de la compañía de capitales mixtos VENG y el Grupo de Ensayos Mecánicos Aplicados (GEMA) de la Universidad Nacional de La Plata (UNLP).
