Amazon presentó una carta ante las autoridades estadounidenses en la que manifiesta su malestar por el avance de SpaceX que, según dicen, no se atiene a las normativas vigentes. Es un nuevo capítulo en el enfrentamiento entre Jeff Bezos y Elon Musk.
“Ya sea lanzando satélites con antenas sin licencia o cohetes sin aprobación, construyendo una torre de lanzamiento no aprobada o reabriendo una fábrica en violación de una orden de confinamiento en el lugar, la conducta de SpaceX y otras compañías lideradas por Musk deja su punto de vista claro: las reglas son para otras personas”, dicen desde Amazon en la misiva enviada a la Comisión Federal de Comunicaciones (FCC, por sus siglas en inglés).
Una de las quejas de la compañía con sede central en Seattle refiere a la apertura de una fábrica de Tesla cuando regía el confinamiento en California en el marco de la pandemia de Covid-19. Amén de esa mención, el malestar de Amazon se enfoca en el proyecto Starlink de SpaceX que consiste en satélites que se lanzan a la órbita baja y ofrecen conexión a Internet.
El foco de la queja contra Elon Musk
La reconocida firma de comercio electrónico señala que el ritmo de actualizaciones de las empresas de Musk no se ajusta a las reglas que rigen para las diversas compañías. Señalan que, en el caso de SpaceX, diseñan nuevas versiones de satélites y solicitan la aprobación de las autoridades incluso sin haber cumplido con las pruebas previas.
Por ejemplo, lo han hecho recientemente al pedir el visto bueno de la FCC de dos nuevas configuraciones para satélites, incluso cuando los modelos actuales requieran ajustes. Tal como nota el sitio Xataka en su repaso, proponer dos configuraciones mutuamente excluyentes “requiere un esfuerzo significativo” para la FCC y otras empresas que estudian estos planes antes de ser aprobados, según palabras de Amazon.
En ese orden, notan que los desarrollos de SpaceX (que incluyen el diseño y fabricación de la nave Starship en un trabajo conjunto con la NASA) tienen un ritmo demasiado acelerado, lo que supone una desventaja para la competencia.
La demanda de Blue Origin a SpaceX
En abril de este año la NASA seleccionó a SpaceX en una licitación para fabricar la nave con la que prevén llevar humanos a la Luna en el marco de la misión Artemis. Otras dos compañías se habían presentado: Dynetics y Blue Origin, está última propiedad de Jeff Bezos.
El contrato para el desarrollo del Sistema de Aterrizaje Humano (HLS, por sus siglas en inglés) fue otorgado a SpaceX por 2.900 millones de dólares. Después de esa decisión, tanto Dynetics como Blue Origin protestaron ante la Oficina de Transparencia de Estados Unidos. ¿Qué argumentaron? Que en primera instancia la NASA había hablado de un presupuesto de 5.900 millones y de vínculos con al menos dos empresas.
Hace algunas semanas Blue Origin (que ya realizó su primer vuelo espacial) presentó una demanda contra la NASA en función de una queja que Bezos manifestó apenas se conoció la decisión de la agencia de trabajar junto a SpaceX.
“La NASA debería apostar por su estrategia original de competencia”, dijo el empresario y aseguró que sin esa puja la agencia se topará pronto con “opciones limitadas cuando trate de negociar sobre plazos vencidos, cambios de diseño y sobrecostos”.
En la demanda ahora presentada, Blue Origin también apunta a SpaceX. En los documentos entregados al Tribunal Federal de Reclamaciones de Estados Unidos, señalan que la nave Starship de la firma dirigida por Musk requería más de 10 lanzamientos de prueba y que solamente tiene tres.
