“Está naciendo una empresa espacial privada, diferente a las demás”. Aquel mensaje críptico fue tuiteado en las últimas horas por Steve Wozniak, el hombre que en 1976 fundó Apple junto con Steve Jobs. Todo indica que se sumará a una carrera en la que ya participan otros magnates de la industria como Elon Musk con su SpaceX y Jeff Bezos de la mano de Blue Origin. Pero los planes de “Woz” se diferencian no en el destino, el espacio, sino en las tareas que prevé realizar lejos de nuestro planeta.
La empresa lleva por nombre Privateer y se dedicará a la recolección de basura espacial. En el video que publicó el ingeniero estadounidense no hay más información respecto a esta iniciativa comercial, aunque cierra con una pista: “Estamos aquí para cuidar lo que tenemos, para que la próxima generación pueda estar mejor”.
Un dato de color: en el equipo de fundadores de Privateer Space aparece Alex Fieldng, miembro del primer equipo de desarrollo de iMac.
Se espera que hacia fines de esta semana la naciente compañía liderada por Wozniak ofrezca más detalles de su área de interés. Lo hará en la conferencia AMOS Tech 2021, que se celebrará durante estas jornadas en Hawái.
El acuciante problema de la basura espacial
Tal como señalan en Gizmodo, aunque “Woz” no hará exactamente lo que están haciendo Musk y Bezos, sí les dará una mano quitando la chatarra espacial, una problemática creciente.
En 2019, la NASA definió a la órbita terrestre baja como “el basurero más grande” del universo, con casi 6.000 toneladas de desechos. Este año se dijo que la cifra ascendió a las 9.000 toneladas, equivalente al peso de 720 colectivos.
La basura en el espacio (principalmente compuesta por satélites en desuso y fragmentos de colisiones) es un desafiante problema para la industria aeroespacial, así como para los astrofísicos. Especialistas advierten que esos objetos podrían chocar con naves espaciales, afectando tanto a los equipos como a los astronautas. Además, notaron que dificultan las visualizaciones desde la Tierra.
En 2020, el ex de la agencia espacial estadounidense, Jim Bridenstine, pidió al Congreso de aquel país financiar una misión de limpieza con un costo de 15 millones de dólares. “Los escombros están empeorando”, decía en la ocasión.
A comienzos de este año, la firma Astroscale expuso una singular idea para barrer la basura espacial. Tras una serie de pruebas, propuso emplear un satélite con imanes para recoger los desechos y luego quemarlos en la atmósfera.
El afán por limpiar la basura espacial no es exclusivo de la mencionada compañía. El año pasado conversamos con una empresa rusa, StartRocket, que quiere usar satélites que lanzan espuma y de ese modo recogen los desechos en vuelo. “Inicialmente parecía una novela fantasiosa, pero cuando comenzamos a sumergirnos en la iniciativa nos dimos cuenta de que esta podría ser una solución interesante”, nos contó el líder de la firma en referencia a un tipo de espuma que prevén usar a modo de “escoba”.
A fines de 2020 se supo que dentro de aproximadamente cuatro años se lanzará al espacio una gran red diseñada para recoger un escombro específico que flota en la órbita terrestre baja. La iniciativa fue anunciada por la Agencia Espacial Europea (ESA, por sus siglas en inglés) que para esta misión se asoció con la startup suiza ClearSpace S.A. y prevé invertir más de 100 millones de dólares.
