Mantener los ambientes frescos en el verano se convierte en una prioridad, por lo que los aires acondicionados representan una inversión costosa tanto en la compra como en el consumo de energía, lo que impacta en las facturas de luz en los meses más calurosos.
Frente a este panorama, surge una alternativa mucho más accesible y eficiente: los climatizadores evaporativos, un electrodoméstico que puede reducir la temperatura del ambiente con un gasto mínimo de electricidad.
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Cómo funcionan los climatizadores evaporativos
El funcionamiento de los climatizadores evaporativos se basa en un principio simple: el aire caliente pasa a través de un filtro húmedo, donde la evaporación del agua absorbe el calor y genera una corriente de aire fresco. Este proceso permite reducir la temperatura ambiente entre 3°C y 4°C, una diferencia suficiente para lograr una sensación de confort en días calurosos.
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Si bien su capacidad de enfriamiento no es tan potente como la de un aire acondicionado, los climatizadores resultan ideales para temperaturas moderadas y regiones de clima seco. En áreas con alta humedad, su eficacia puede verse reducida, aunque aún pueden proporcionar una sensación de frescura y mejorar la circulación del aire.
Gracias a su diseño portátil, estos dispositivos pueden utilizarse tanto en interiores como en exteriores sin necesidad de cerrar puertas y ventanas, lo que los hace útiles en viviendas con poca aislación térmica. Además, su mantenimiento es sencillo, requieren solo la reposición periódica de agua en el tanque y la limpieza del filtro para garantizar un rendimiento óptimo.
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El ahorro de los climatizadores evaporativos en comparación al aire acondicionado
Uno de los principales atractivos de estos aparatos es su bajo consumo energético. Mientras que un aire acondicionado puede requerir entre 877 W y 1.400 W, un climatizador evaporativo funciona con apenas 55 W a 120 W, comparable con el consumo de un ventilador de pie.
Además, su precio de compra es mucho menor, con valores que oscilan entre los $90.000 y $250.000, en contraste con los $700.000 o más que cuesta un aire acondicionado tradicional, al que hay que agregarle la costosa instalación.
